jueves, 6 de enero de 2011

OCURRENCIAS TRAS UN SUEÑO


Se me ocurre,
una vez escurrida del sueño,
aceptar las despeinadas
interferencias
de mi propio desgobierno,
adaptar las horas
productivas
de mi tiempo
a las energías disponibles
para tal invento.

Agacho la mirada
cuando me empeño
en “zentrarme”,
dejando salir
a lo que entra,
conservando mi fondo sereno
aún cuando en la superficie
ruja el ruido sin freno
y la trepidante actividad
me inunde.

Los desvíos
ya no me estigmatizan
como insurrecta
ni los desvaríos
me cierran las puertas.

Con visión anticipadora
me sobrepongo
a las menudencias cotidianas
e insignificancias limitadoras.
Lucho por mi pervivencia
esencial y mundana
y antepongo
la primigenia e inolvidada
Armonía
a cualquier conveniencia
convencional y humana.

Ocurrencias tras un sueño,
palabras sembradas de siamesas
y música de piano
en la sobremesa
de un jueves sin presencias
de segundamano.

1 comentario:

Nusa dijo...

Sí, Celia, lo importante no es qué ni cuánto, sino cómo.
La flexibilidad es señal de inteligencia, listilla :
¡Besos!